domingo, abril 02, 2006

"Utopía"



Podrían confinarme a estar parado en un rincón mirando la nada por toda la eternidad y no encontraría diferencia alguna con mi vida presente. La indiferencia se apoderó de mí y ya no puedo confortar mi corazón con palabras dulces.

Escapo de la realidad, busco refugios temporales donde desahogar un poco la tristeza contenida. Me torturo a mí mismo, flagelo mi mente, destrozo mis sueños, tal vez de esta manera se desvanezcan dentro de un abismo de dolor y resurjan transformadas en nuevos impulsos y emociones capaces de fortalecer mi espíritu.

Nada es real, nada es simple, nada es infinito, excepto la muerte y ni siquiera sabemos si es así.

Quisiera por un momento tener la capacidad de crear un mundo externo a este, uno donde la gente vuelva a ser transparente y los chicos jueguen a la escondida en la esquina de su casa. Uno donde la rayuela y los patines sigan vigentes y no sean tan solo cosas que se hacían antes. Un lugar donde las promesas y la palabra tengan el mismo valor que un contrato firmado ante doscientos escribanos.

Ya lo sé, utopía, Idealización. Soy parte de la sociedad...


**Rulo**

2 comentarios:

AOF dijo...

Me mato el penúltimo párrafo, quizá prohibir la televisión ayude un poco a esa utopía......naaaaa! no se, debe haber algun lugar donde eso es realidad.
Como siempre excelente.
Abrazo, buena semana.
PD: Deja de acaparar morochas!

Qymera dijo...

Hay cosas sencillas con las que podemos comenzar a redimir aquellas que han perdido su valor, la amistad es una de ellas. Dos escritores, dos casos exepcionales: Antoine de Saint Exupery, autor de El Principito y Julio Cortázar, autor de Historia de Cronopios y de Famas; son dos ejemplos de escritores que supieron imprimir en lo que escribían el sello de la utopía posible por lo cotidiano: la revalorización de la amistad. Ninguna utópía está perdida cuando se es capaz de soñar, pero más que nada creer. Sigue creyendo y estarás más cerca de "estarlo haciendo".