Amé tus palabras, y se encargaron de dirigirme a un abismo lleno de dolor y angustia.
Amé tus silencios, aunque jamás los comprendí.
Amé tu mirada, en la que hábilmente escondías la verdad.
Amé tus besos, y al recordarlos cada uno de ellos se vuelven espinas que fuiste clavando en mi corazón.
Amé tu sonrisa y hasta logré conseguir que me regales alguna.
Amé tus manos, las que una noche mientras soñaba sentado a tu lado intenté leer.
Amé tu libertad, aunque me lastimaba demasiado...
Amé tus delirios, que te mostraban ante mí como un niño ingenuo.
Amé tu mente, en la que me perdía intentando explorarla...
Es mejor de esta manera, los verbos en pasado son buenos amigos a la hora de empezar a olvidar. Una tarea difícil pero necesaria...
Y en este pequeño escrito ¡Adiós! Te diría; pero sé que no es necesario, ambos lo hemos comprendido.
En soledad emprendo un nuevo viaje, uno en el cual las sonrisas me abandonan por un rato y el paisaje se tiñe de gris.
Espero que no sea demasiado largo, se me está quedando el corazón sin baterías y debo encontrar donde recargarlo...
**Rulo**
3 comentarios:
Ja! ni que hubiese escrito esto yo.
Muy bueno, un abrazo che.
Amé tu todo y en la nada me dejaste caer, ahora camino sin ti hacia otra esfera....
Te entiendo en estas palabras,ya que amamos sin importar lo bueno y los defectos del otro ser;salvo que a veces las heridas son profundas y supuran día y noche.
Abrazos!!
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