domingo, julio 26, 2009

“En Compañía…”





El día despunta, los árboles se desperezan y las aves surcan el cielo para matar el tiempo. Un haz de luz me despierta entrando por la ventana iluminando el costado izquierdo de mi rostro.

Me levanto, me visto y recuerdo que ya no tengo que apurarme para preparar el desayuno porque esta vez no puedo ser yo el causante de tu tardanza; sonrío en silencio como resultado de algún buen chiste que mi cerebro me susurro al oído.

Salgo a caminar, la tarde va cayendo y aún no me acostumbro a no esperar tu llegada. Ya son casi seis los días que aún estando conmigo no lo estás; pienso en el reencuentro, eres mío y no puedes dejarme aunque lo intentes. Repaso los motivos, desvarío y te veo en otros rostros.

Vuelvo con el anochecer, tomo una ducha e intento limpiar no solo mi cuerpo sino también mi corazón y mi alma. Voy a la cama acompañado de mis deseos, mis ilusiones, mi tristeza y mi más fiel compañera…: la “soledad”.

Cierro los ojos y de a poco me adentro en el mundo de los sueños, un mundo en el que soy feliz aunque no pertenezca alli.


Otro día comienza. Nuevamente olvidé cerrar las cortinas y el Sol me despierta cálido…

Me levanto, me visto y viendo tu cadáver junto a mi en la cama decido que es hora de deshacerme de él…

Ya no nos pertenecemos…



**Rulo*