El río se tiñe de amarillo, las aguas se arremolinan y de en medio de su inmensidad una sirena de agua dulce se eleva a la superficie para cantarme.
Sentado sobre las piedras intento descifrar porque tanto dolor la aqueja, no comprendo su lenguaje y sin embargo la melodía llega mis oídos transformándose en un inconfundible himno de desgarro y sufrimiento.
Veo sus ojos llorar, su escamosa piel estremecerse al contacto con el aire, sus pulmones esforzarse sobrenaturalmente por seguir cantando a pesar de la asfixia.
Me mira fijamente y le cuenta a mi corazón que no comprende el amor, que ya no siente deseos de seguir nadando bella por las profundidades, que su enamorado ha partido hacia otras aguas. Siento su alma penar, y descubro porqué el resplandor en su mirar ha desaparecido.
La tristeza me invade, yo nada puedo hacer, y sin pensarlo dos veces, me acerco intrépido al agua para hacerle compañía…
OH! Sirena hechicera, ¿por qué has de ahogarme en tu padecimiento?
Demasiado tarde mi cerebro ha reaccionado, ya me encuentro en el fondo de las aguas custodiándote…sin vida.
**Rulo**
La tristeza me invade, yo nada puedo hacer, y sin pensarlo dos veces, me acerco intrépido al agua para hacerle compañía…
OH! Sirena hechicera, ¿por qué has de ahogarme en tu padecimiento?
Demasiado tarde mi cerebro ha reaccionado, ya me encuentro en el fondo de las aguas custodiándote…sin vida.
**Rulo**