Cuando errantemente comencé a perderme dentro de esta historia sin final, jamás imaginé que no volvería a sentirme vivo como antes. No pensé que me extraviaría en laberintos de libertinas palomas que corruptamente me atosigarían a cada momento.
El sendero se bifurca, el Sol ya no brilla en este plano y tan solo un gato polifacético me acompaña en silencio respetando mi pensar.
Me siento exhausto, y el agua de manantial ya no sacia mi sed interminable.
Un arco iris al fondo del paisaje me obliga a continuar, y me hace soñar con la sombra de quien me espera debajo. El tesoro de los duendes ya ha sido profanado, lo sé, pero sin embargo mis pies sin rumbo fijo, desean continuar andando hasta que el camino se parta y un abismo se materialice mágicamente frente a mis ojos.
En un vaso de vino tinto me desarmo banalmente y la solemnidad de mi alma se ve amenazada por hadas que inocentemente juegan con mi destino.
Siento tus ronquidos en una cama contigua, y comprendo que la noche ha decidido evaporar mi figura dentro de la oniria que te envuelve. Ya no soy, ya no existo.
Como te he borrado he decidido materializarte nuevamente, el deseo lo provoca; soy esclavo de tu ser...
**Rulo**